Chilenas y chilenos ya no son espectadores: participan más, pero se identifican menos políticamente.

21 de Enero de 2020

Posterior a la presentación del informe, se desarrolló un conversatorio moderado por la periodista Andrea Arístegui, y con la participación de la Diputada Catalina Pérez (RD), el Diputado Mario Desbordes (RN) y Rodrigo Jordán, Presidente del Directorio de la Comunidad de Organizaciones Solidarias.

·         Entre 2008 y 2018, aumentó de 24 a un 52% la proporción de personas que ha participado en al menos una acción política.

·         La democracia sigue siendo el régimen de gobierno preferido por la mayoría de la población (52%). Sin embargo, ha aumentado la evaluación negativa del funcionamiento de instituciones como el Congreso, los partidos y los tribunales de justicia.

·         En un contexto de grandes cambios sociales, persiste una gran desigualdad socioeconómica en la valoración de la democracia y el involucramiento político de las personas. 

Santiago, 21 de enero de 2020.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó hoy el informe

Diez Años de Auditoría a la Democracia: Antes del Estallido. A partir de los resultados de una serie de cinco encuestas nacionales de opinión pública, realizadas entre 2008 y 2018, esta publicación proporciona un diagnóstico exhaustivo sobre la evolución de las percepciones ciudadanas en varios temas clave para la gobernabilidad democrática y el desarrollo sostenible.

Para Claudia Mojica, Representante Residente del PNUD en Chile, “este informe evalúa la calidad de la democracia desde la perspectiva de la ciudadanía y da continuidad a un compromiso histórico del PNUD por contribuir al análisis de las condiciones sociales, culturales, políticas e institucionales que hacen viable y sostenible el régimen democrático. Creemos que, en el contexto de las movilizaciones que se iniciaron el 18 de octubre, este puede ser un importante insumo para la discusión en que actualmente están embarcadas las autoridades y la sociedad chilena”.

Al año 2018, un 52% de la ciudadanía legitimaba la democracia como la mejor forma de gobierno; un aumento respecto de 2008, cuando la medida llegaba al 45%. Sin embargo, existe una gran diferencia socioeconómica en esta valoración: en 2018 solo un 43% de quienes tenían educación media incompleta o menos preferían un régimen democrático, mientras que la medida llegaba a un 69% entre quienes tienen un título universitario. Esta segmentación se replica al estudiar la evaluación que las personas hacen de qué tan bien o mal funciona la democracia.

Adicionalmente, casi un quinto de la población consideraba en 2018 que, en algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático, cifra que se ha mantenido estable en el tiempo y es una de las más altas en América Latina.

Durante el decenio, aumentó de un 25% a un 43% el grupo de demócratas escépticos: personas que legitiman el sistema democrático, pero no confían en sus instituciones clave (partidos políticos, Congreso, gobierno, tribunales de justicia). La caída en los niveles de confianza ha sido acelerada y abarca a todas las instituciones estudiadas. Con la excepción de Bomberos, en 2018 ninguna contaba con la confianza de más de un tercio de la población.

En el período, la ciudadanía experimentó un acelerado y transversal cambio cultural: disminuyó sustantivamente el acuerdo con los roles tradicionales de género y aumentó la aceptación del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo. Al mismo tiempo, las chilenas y chilenos ven hoy de manera más positiva la presencia de personas migrantes en el país. No obstante, en los datos del PNUD se aprecian algunas señales de creciente polarización valórica, dependiendo de la generación a la que pertenecen las personas, su orientación política, su religión y el nivel educativo que alcanzaron.

El informe da cuenta que durante la década previa al estallido social hubo un importante cambio en las formas en que la ciudadanía se involucra políticamente. Por una parte, aumentó significativamente la participación en distintas formas de acción política (más allá de la participación electoral), así como el apoyo normativo a estas acciones, incluso a aquellas que tienen un carácter disruptivo como, por ejemplo, bloqueo de calles (de un 8% a un 29% de aprobación en la década) y tomas (de 7% a 23%).

Esto se produce en un contexto marcado por bajos y decrecientes niveles de pertenencia a organizaciones sociales. A la vez, se consolidan nuevos ideales de ciudadanía y nuevas causas colectivas, como el cuidado del medio ambiente y el cuidado de los animales, en desmedro de otras como siempre obedecer las leyes y normas o el servir en las Fuerzas Armadas.

El estudio destaca también el aumento significativo en el período del porcentaje de personas que no se identifican ni simpatizan con partidos políticos (de 53% a 74%) ni con el eje izquierda–derecha (de 34% a 55%). 

Utilizando los datos de identificación y participación, el informe clasifica a las personas en cuatro grupos, de acuerdo a sus formas de involucramiento político:

·         Desafectados: quienes no se identifican con partidos ni con el eje izquierda-derecha y que tampoco han participado en ninguna acción política. Este grupo se mantiene estable a lo largo del período en torno al 32%.

  • Fragmentados: quienes han realizado al menos una acción política, pero que no se identifican políticamente. Es el grupo que más aumentó en el decenio, pasando de un 5% a un 27%.
  • Espectadores: quienes no han participado en ninguna acción política, pero que sí se identifican con posiciones o partidos. Este grupo disminuyó de manera significativa entre 2008 y 2018, pasando de un 43% a un 15%, siendo el grupo más pequeño en 2018.
  • Involucrados: quienes han realizado alguna acción política y se identifican políticamente. Este grupo ha aumentado a lo largo del período, de un 20% a un 26%.

Las cinco rondas de las encuestas Auditoría a la Democracia (ENAD) fueron realizadas en 2008, 2010, 2012, 2016 y 2018, a través de entrevistas cara a cara en hogares, mediante muestras probabilísticas, estratificadas y multietápicas de tamaños entre 1.505 casos (2008) y 1.589 casos (2018), representativas de los habitantes de 18 o más años de todas las regiones del país, en áreas urbanas y rurales, con errores de entre +-2,7% (2008) y +-2,46 (2018). El trabajo de campo de la quinta versión de la encuesta se efectuó entre el 8 de noviembre y el 18 de diciembre de 2018.

Descargue el informe "10 años de Auditoría a la Democracia: Antes del estallido".

Descargue la presentación de este informe.

Discurso completo de Claudia Mojica, Representante Residente de PNUD.